EL GRAN “ATRACO” OFICIAL LLAMADA “K’UINCHEKUA” 2024.
«La caja china»
Por: Miguel Arrieta Gutiérrez
Ante la inestabilidad en el estado, la ingobernabilidad en varias zonas de tierra caliente, el desplazamiento de comunidades enteras, la inseguridad, el descontrol en el comercio interno, el cambio de uso de suelo, la imparable deforestación, las alteraciones a los lagos y, en consecuencia, a la biodiversidad; así como los permanentes señalamientos de corrupción e impunidad, etc., el gobierno de Michoacán tuvo que recurrir a una de las clásicas estrategias de la política mexicana: La caja china. Entendida ésta como el exagerado uso de recursos dirigidos a “proyectos insignia” para manipular a la opinión pública y desviar su atención de los verdaderos problemas sociales; a la vez que pretenden crear un imaginario colectivo de justicia y bienestar logrado por el gobierno y sus autoridades. Para alcanzar lo anterior, contratan indiscriminadamente campañas mediáticas a nivel local, estatal, nacional y hasta internacional.
Es decir que, ante los graves problemas en el estado y la baja popularidad del entonces desconocido gobernador Alfredo Ramírez Bedolla, en los primeros meses de su administración tomó la decisión de renacer la K’uinchekua bajo un nuevo formato de espectáculo, explotando así el patrimonio cultural de las comunidades indígenas con la finalidad de contrarrestar la pésima imagen de Michoacán como destino turístico debido a sus altos índices de inseguridad. De tal manera que a inicios del año 2022 el gobierno del estado presentó, ante los medios de comunicación, su nuevo proyecto insignia: “K’uinchekua. La fiesta de Michoacán”.
A partir de ese momento comenzó una campaña de difusión del nuevo show, con un permanente bombardeo de spots en todos los medios, saturando principalmente las redes sociales. En tres años ha sido impresionante leer, ver y escuchar cómo se repite la misma información y comunicados oficiales en prácticamente todas las plataformas de las dependencias de gobierno y los diferentes medios de comunicación del estado, y algunos nacionales, donde la retórica es “proteger y mostrar la riqueza cultural y artística de las diferentes regiones del estado”.
Sin embargo, la retórica, y el imaginario que se pretende crear con ésta, tienen un trasfondo que, como plantea Walter D. Mignolo, exhiben La colonialidad: la cara oculta de la modernidad. En este contexto, a continuación expongo diez datos que quizá no sabías sobre la K’uinchekua:
1. Después de casi cuarenta años, el evento de la K’uinchekua fue arrebatado a la Secretaría de Cultura y trasladado a la Secretaría de Turismo con un nuevo propósito: producir un espectáculo para atraer turismo y generar derrama económica a los empresarios.
2. La Secretaría de Turismo contrató al Director Artístico del Parque Xcaret para organizar el espectáculo de la K’uinchekua.
3. El patrimonio cultural y artístico de las comunidades se utiliza para confeccionar una visión exótica de lo indígena que atraiga y entretenga a un turismo, preferentemente con actitud whitexican, cuya finalidad primordial es que generen derrama económica.
4. Para lograr un producto comercial, el Secretario de Turismo, Roberto Monroy, registró el 11 de marzo de 2022, ante el Instituto Mexicano de la Propiedad Industrial, la marca K’uinchekua. La fiesta de Michoacán, bajo la clase 61 (Dirección de espectáculos; organización de eventos recreativos; producción de espectáculos). Con esta acción el gobierno del estado, de forma paternalista, asume la rectoría de este espectáculo, despojando a las comunidades de la toma de decisiones sobre su propio patrimonio cultural y artístico, lo que se hizo sin haberlos consultado y, con ello, violentando la normativa vigente.
5. La forma y los tiempos en que el gobierno del estado creó y ha desarrollado este nuevo formato de espectáculo de la K’uinchekua, violan la Ley Federal de Protección del Patrimonio Cultural de los Pueblos y Comunidades Indígenas y Afromexicanas que fue publicada en el Diario Oficial de la Federación el 17 de enero de 2022.
6. En el 2022 la renta del escenario tuvo un costo de 10 millones de pesos; para el 2023 tuvo un incremento del 40%, quedando en 14 millones de pesos; si la tendencia continúa, en el 2024 superará los 19 millones de pesos. Cabe destacar que el empresario responsable del escenario es amigo de Roberto Monroy, desde que trabajaba en el ayuntamiento de Morelia, y en estos años se le han adjudicado los contratos de manera directa, sin licitación pública.
7. Los artistas o portadores de la tradición siempre se han entregado en el escenario con gran entusiasmo y profesionalismo, lamentablemente la ayuda social que reciben por parte del gobierno del estado resulta una ofensa. Mientras que en el escenario y demás gastos operativos de la K’uinchekua se destina el 95% del total de los recursos, a los verdaderos protagonistas del patrimonio cultural y artístico sólo les llega el 5%, mismo que se reparte entre todos los participantes. Recuérdese que este año el 40% son menores de edad. Cualquier parecido con la explotación no es mera coincidencia.
8. La Secretaría de Turismo se ha encargado de crear un producto y, a través del monopolio de los boletos, también se ha encargado de crear la necesidad de consumirlo. Mientras se promete la distribución gratuita de los boletos por medio de una página de internet, la realidad es que la mayoría de la gente no alcanza debido a que muchos de ellos son distribuidos entre los hoteleros, las agencias de viaje, autoridades municipales y funcionarios estatales, y los familiares y amigos de los trabajadores de dicha secretaría. De tal manera que desatan la ansiedad colectiva por conseguir un boleto para consumir el producto, neuromarketing le llaman los especialistas. Ante esta situación, el Secretario de Turismo, Roberto Monroy, ya anunció que a partir del siguiente año se comenzará a cobrar la entrada.
9. Han comenzado las demandas en contra de quien resulte responsable de la K’uinchekua, debido a infracciones por derechos de autor, toda vez que el espectáculo está orientado a obtener beneficios económicos.
10. El gobierno del estado evalúa el éxito de la K’uinchekua a partir de la cantidad de asistentes y la derrama económica que se alcanzó. En ningún momento se ocupa de las condiciones laborales, ni sociales, de los portadores de la tradición.
Sirvan estos puntos para demostrar el lado oscuro de la modernidad, en este caso de la K’uinchekua; es decir, evidenciar el despojo cultural, intelectual y artístico de las comunidades indígenas para beneficio político del gobierno en turno y de los empresarios que, sin invertir en la organización del espectáculo, son quienes reciben la derrama económica; todo ello oculto por una narrativa paternalista que asegura proteger la cultura y las tradiciones por medio de un espectáculo que parece bonito hasta que descubres la explotación que conlleva.
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